domingo, 28 de septiembre de 2008

ES MEJOR CAMINAR



Decidieron compartir melancolías,
soledades y fantasmas a la par;
miedos locos, tristezas y alegrías
y juraron no engañarse nunca más.
Decidieron vadear el ancho muro
que separa la mentira del perdón;
y revolcarse en el olvido hasta borrar
las heridas de una espina envuelta en flor.

Es mejor caminar que parar y ponerse a temblar.
Es mejor caminar que parar y ponerse a temblar.

Hoy la vida les sonríe y Dios dirá
si el futuro les depara un buen color,
regalándoles otra oportunidad
de empezar con su pie bueno. Ya van dos
y mil veces más tendrán que recorrer
la vereda más incierta y perdonar,
mientras no les lluevan piedras les irá mejor que bien.
Ojalá que el sol no deje de brillar

Es mejor caminar, que parar y ponerse a temblar.
Es mejor caminar, que parar y ponerse a temblar.

Y confío en que no olviden el infierno
y los motivos que les llevaron allí;
y que la vida no les guíe hasta lo negro,
espiral de donde no hay forma de salir.
Una lágrima es mayor que el mar entero
cuando el viento lleva a lomos la traición,
porque la vida se convierte en un invierno
tenebroso para dos.

Es mejor caminar, que parar y ponerse a temblar.
Es mejor caminar, que parar y ponerse a temblar.





Si tienes alguna idea brillante... proyectoemaus@yahoo.es

EL VIAJERO Y EL SABIO

Un viajero que se aproximaba a una gran ciudad, le preguntó a un sabio que se encontraba a un lado del camino:
¿Cómo es la gente de esta ciudad?
Y el sabio a su vez le preguntó:
¿Cómo era le gente del lugar de donde vienes?
- Terrible, respondió el viajero. Mezquina, no se puede confiar en ella. ¡Detestable en todos los sentidos!
Ahh, exclamó el sabio. - Encontrarás lo mismo en la ciudad a donde te diriges.
Apenas había partido el primer viajero, cuando otro más se detuvo y le preguntó al sabio acerca de la gente que habitaba en la ciudad cercana.
De nuevo el hombre sabio le preguntó a su vez por la gente de donde el viajero provenía.
- Era gente maravillosa, honesta, trabajadora y extremadamente generosa. Lamento haber tenido que partir, agregó el viajero.
El sabio le respondió: Lo mismo hallarás en la ciudad a donde te diriges.

ANÓNIMO